Los niños pequeños participan en juegos que fomentan la resolución de problemas, el reconocimiento de formas y colores, y el seguimiento de instrucciones.
Esta etapa marca un aumento del vocabulario, evolucionando de palabras individuales a oraciones complejas, y un creciente interés por las historias.
Los niños pequeños pasan de los primeros pasos a correr con confianza, mientras que las habilidades motoras finas se desarrollan a través de juegos como apilar bloques y dibujar.
Surgen la autoconciencia, la empatía y el juego social, a medida que los niños pequeños comienzan a navegar por sus emociones y relaciones.
Los niños adquieren habilidades de autocuidado, como vestirse y usar utensilios, fomentando la independencia y la autoidentidad.